NUESTRO DIA D

36 horas antes del DIA D, Cuartel General de las Fuerzas Especiales Aerotransportadas, Ingelwood (Inglaterra)

- Señor, da su permiso – solicito LocoMouchen, jefe de la unidad de los Special OPS de los LSN.
- Como no Capitán, adelante – respondió el Comandante General a cargo de la invasión.

LocoMouchen entró acompañado por dos sus comandantes, RicDelta y A.Sound, que llevaban juntos casi desde los inicios de la unidad especial.

- ¿Qué le trae por aquí Capitán? – preguntó el Comandante en Jefe.
- Son nuestras zonas de lanzamiento señor...
- Adelante le escucho.
- ¿Puedo? – dijo Loco acercándose a una pizarra para intentar explicar su preocupación más gráficamente.
- Por supuesto.
- Pues bien, aquí está nuestro primer objetivo, los cañones del acantilado de St.Clo..., aquí a cinco kilómetros St. Mere L’Eglise, nudo de comunicaciones muy fortificado, y seguramente el único punto por donde el enemigo puede montar un contraataque serio hacia las playas..., y en medio nuestra zona de lanzamiento, rodeada de bosques, pantanos, y zonas inundadas por el enemigo para dificultar cualquier incursión...
- ¿Y bien? – dijo el Comandante en Jefe muy interesado en las explicaciones de LocoMouchen.
- Pues, si tiramos largo, iremos a caer encima del objetivo, o peor aun, al mar, por lo que se acabó el factor sorpresa. Si por el contrario tiramos corto, iremos a caer en medio del pueblo, por lo que seguramente seríamos masacrados..., pero si tiramos bien, es posible que vayamos a caer como patitos en medio de los pantanos..., nuestra zona óptima de lanzamiento apenas si tiene cien metros de largo...
- Lo sé Capitán, no ignoramos las dificultades...
- Discúlpeme señor – interrumpió Loco a su Comandante en Jefe – no estamos renegando de la misión, pero cuanto más la analizo, más dura de roer se me hace...
- Lo sabemos Capitán, y por eso precisamente se la hemos asignado a su Unidad. Si existen posibilidades de cumplir todos los objetivos, es gracias a la preparación de sus LSN, y es más, el éxito del desembarco dependerá, en buena parte, del éxito en su misión.
- Señor perdóneme, simplemente quería, en lo posible, ver de cambiar algún emplazamiento, pero tenga por seguro que los LSN no daremos un paso atrás, y los objetivos serán alcanzados... ¡¡TODOS!!
- Lo sé Capitán.


DIA D, Península de Carentan, 00:30 horas

El salto había resultado mejor de lo esperado, aun a pesar de los riesgos de hacerlo a tan baja cota, y en medio de aquella noche tan oscura, gracias a las condiciones de luna tardía. El despliegue de la unidad fue inmediato.

Apenas si habían pasado cinco minutos y todo parecía indicar que estaban en disposición de moverse. LocoMouchen hizo una señal con el brazo en alto y de repente, el resto de los miembros de la unidad “special OPS” de los LSN, salieron de sus respectivos escondrijos para juntarse con su capitán general en el punto de reunión, junto a un muro de piedra que flanqueaba la dehesa donde habían aterrizado. Una vez reunidos los mandos de la sección, mientras el resto continuaban en alerta, LocoMouchen saco de un compartimiento interior de su chaleco, un plano detallado de la zona para establecer el punto donde se ubicaban.

- Según parece, estamos en esta marca, la 16I – dijo señalando un punto en el plano -, es decir, ¡¡a unos tres kilómetros al sur de nuestro objetivo principal!!
- ¿Cómo que a tres kilómetros? – interrogó A.Sound completamente extrañado.
- Si, a tres kilómetros... ¡joder con el lanzamiento!... – refunfuñó Loco.
- Supongo que con la oscuridad... – quiso justificar Shadow el fallo.
- Ahora eso no tiene solución..., estamos aquí y desde aquí iniciaremos el despliegue. ¿Está toda la sección?
- Si, todos, tan sólo Kapax ha sufrido un esguince al quedarse atrapado en un árbol.
- Bien, ¿y el resto de las secciones?, ¿habéis contactado con ellas?
- No señor.

Dicho esto, LocoMouchen se puso la mano derecha en el cuello, apretando mínimamente la cinta que portaban con el comunicador, para intentar contactar con las otras secciones.

- ¡Halcón 2 me recibes!... ¡Halcón 2 me recibes!... – se abrieron unos breves pero intensos segundos ante el silencio, no ya de su posible interlocutor, sino por la calma del entorno.
- Alto y claro... – respondió por fin alguien.
- ¡Joder Ric!, ¿dónde te metes? – exclamó Loco, en voz baja, al reconocer a RicDelta al otro lado de la comunicación.
- Estamos en la marca 16G del plano.
- ¡Estupendo!, estáis a un kilómetro al norte de nuestra posición.
- ¡Qué me estas diciendo!..., ¿nuestro objetivo está a más de dos kilómetros de nuestra marca?... ¡tenemos poco más de una hora para señalar los emplazamientos del lanzamiento masivo!
- Lo sé Ric, lo sé. No me cuentes cuales son mis problemas... los conozco.
- En fin, ¿qué hacemos?
- ¿Has podido contactar con la Halcón 3?
- No, no responden.
- Bueno, ahora lo intentaré yo, pero de momento, y hasta que tengamos noticias, cambiamos a la frecuencia alternativa, ¡ahora!..., mantener abiertos los canales de retorno..., despliega tu sección según el plan inicial. Manda observadores y no inicies nada que no puedas ganar..., repito, no inicies nada hasta que llegue yo con mi sección. Evita las carreteras y cualquier cosa que se parezca remotamente a un camino...
- ¿Loco, estas diciéndome cómo hacer mi trabajo? – replicó Ric haciendo sonreír a su amigo.
- No, sé que conoces tu trabajo pero, ten cuidado, ¡vale!
- ¡Roger!


30 minutos más tarde

La 1ª sección avanzaba a buen ritmo, cuando de repente Raulito, que abría la avanzadilla compuesta por otros cuatro miembros, hizo la señal de alto, señal que una vez vista por LocoMouchen, fue repetida en silencio por éste, con el fin de alertar al resto de los miembros de su sección. El resto de los miembros alertados por la misma, se agacharon en su posición, evitando los espacios abiertos. El motivo no era otro que el paso de una patrulla motorizada, probablemente realizando una ronda rutinaria en jeep.

- Señor – dijo Raulito en muy baja voz, hablando por el intercomunicador del cuello mientras se agazapaba entre unos matorrales -, tenemos cuatro marcas sobre ruedas a las tres.
- Ya los veo – respondió Loco al tiempo que indicaba con su brazo derecho la señal de cuerpo a tierra, pues efectivamente, un jeep con cuatro soldados se acercaba por la derecha de la avanzadilla.
- ¿Los interceptamos señor?
- Negativo, dejarlos pasar.
- Señor, les tenemos enfocados.
- ¡He dicho negativo! Permanezcan en la sombra. Todavía no saben que estamos aquí. Sin duda es una patrulla que tendrá sus controles, sus puntos de información y el más mínimo retraso en su rutina puede poner en alerta a todas las Unidades de la zona. Ya tendremos ocasión de hacerles saber que estamos aquí.
- Roger, señor.

DIA D, Peninsula de Carentan, 01:45

A medida que penetraban más en la noche, la sensación de riesgo iba en aumento. La adrenalina, aspecto normalmente dominado por las fuerzas especiales de élite como ellos, comenzaba a sentirse con fuerza, como rebosante por los poros. A buen ritmo, la 1ª sección alcanzó su objetivo, una pequeña depresión que se elevaba sobre un acantilado cercano, dominando una extensa zona de océano, con playas a su derecha. A partir de ese momento, se pasó la orden de extremo silencio. LocoMouchen, A.Sound y Shadow, se arrastraron hasta el borde exterior que, sobre una loma en alto, permitía observar correctamente la edificación militar en forma de bunker. No podían desde su posición ver los cañones, pero eso ahora no era importante. Lo que sí era crucial era determinar las fuerzas que formaban parte de la dotación de la batería en cuestión.

Después de un par de minutos de observación con infrarrojos, embutidos materialmente dentro de unos enormes matorrales, retrocedieron escasamente unos metros para quitarse del plano de visión del objetivo para efectuar el análisis de la situación.

- Bien..., se supone que estamos ante una batería con tres cañones del 88. La dotación normal suele ser de quince hombres, más las fuerzas de apoyo, aproximadamente medio pelotón. He podido ver tres vigías desde nuestra posición, dos a las diez y uno a las dos. Debemos interceptarlos antes de situarnos en la entrada a la batería. Propongo dividir la sección en tres grupos. Dos de ellos, uno por cada flanco, norte y sur, para asegurarnos que no hay más elementos de refuerzo y entrar, si podemos, por el frente exterior. El tercer grupo, por la entrada principal, que supongo tendrá a los lados los dormitorios de tropa y comunicaciones. Si lo hacemos rápido y con el máximo sigilo, podremos cogerles entre dos fuegos. Sound, tú mandarás el grupo norte y Shadow el grupo sur, yo iré con Cris por la puerta principal.
- ¡Roger señor!, me gustan los planes fáciles y las puertas principales – respondió sonriendo el último aludido, consiguiendo que Loco igualmente sonriera aunque fuera mínimamente.
- Entonces no esperamos a nadie.
- No Sound, no podemos esperar más. Debemos asegurar esta posición. Desde aquí pueden machacar a los de las playas cuando desembarquen. Vamos a hacerlo y vamos a hacerlo ahora... ¡Halcón 2!, ¿me recibes?...
- Alto y claro.
- ¿Estáis en vuestra marca?
- Si, ya he mandado dos grupos para estudiar el terreno, porque desde aquí no se ve todo el pueblo, la iglesia nos tapa en parte la visión... ¿y vosotros?
- En la marca y en T menos dos minutos.
- ¡Joder Loco!, hemos quedado que no atacaríamos...
- ¡No hemos quedado en nada! Tú no puedes de momento hacer nada, pero nosotros sí. Tenemos delante un objetivo de tipo C y vamos a ir a por él. No podemos esperar más tiempo. La lista es muy larga y por ahora sólo hemos puesto una sola muesca y a medias.
- ¡Roger Loco!..., suerte

Nuevamente se impuso el silencio y más ahora que la 1ª sección se ponía en movimiento. La orden se transmitió rápidamente. Dos minutos era el límite, así que los grupos norte y sur se pusieron en marcha. Con un pequeño rodeo, se situaron detrás de los distintos vigías sin ser detectados. Cumplidos los dos minutos, dos soldados por el norte y uno por el sur debían eliminar el primer escollo y tenían que hacerlo en silencio. Eso les obligaba a un ataque con arma blanca. En realidad fue visto y no visto. Raulito, Txevi y Dani se abalanzaron al tiempo sobre ellos por la espalda, les taparon la boca para evitar cualquier grito, y asestaron el golpe mortal necesario en cada caso. La guerra ya era suficientemente horrible de por sí, pero este tipo de acciones, en las que sientes al enemigo, le puedes oler, eran especialmente duras. Pero la guerra no entendía de delicadezas y desde luego, los hombres de la Unidad Special OPS de los LSN no podían cuestionarse, a estas alturas, según que aspectos de su labor. Ante la duda, debían matar, matar o morir, esas eran sus órdenes, y esa también era la razón por lo que sus corazones eran de piedra en esos momentos.

Pues bien, una vez cumplida la primera parte del plan, el grupo de LocoMouchen, que hasta ese instante había permanecido a la espera, se dispuso a entrar en la edificación, mientras los otros dos grupos rodeaban el bunker según lo establecido.

Loco y Cris fueron los primeros en alcanzar la entrada, y se dispusieron uno a cada lado de la misma, con las MP5 preparadas con los silenciadores.

Ante la aparente falta de actividad interior, Loco se asomó por la entrada, sin llegar a entrar, para establecer una primera aproximación. Como él esperaba, estaban ante un pasillo no muy ancho, de unos diez metros de largo, con dos puertas, una a cada lado del pasillo, a la mitad del mismo. Se volvió y, tan sólo con señas, explicó la situación de las puertas, dividió a su grupo en dos e indicó muy gráficamente lo que tenían que hacer. Sin más entraron, con la espalda pegada a la fría pared de hormigón, hasta alcanzar las respectivas lindes de las puertas. Tras otro breve vistazo exterior para ver como estaban distribuidas las dos habitaciones, vieron como una de ellas, la de la izquierda, era únicamente una estancia dormitorio, con ocho literas, otras tantas taquillas y una mesa en el centro. La de la derecha, albergaba otras dos camas y, lo que era más importante, la radio del puesto. Nuevamente y por señas, indicaron tanto Loco como Cris, el número de objetivos y su situación. A su señal, entraron tres hombres por cada lado.

- Tango abatido, tango abatido... – se escuchaba sin cesar en la frecuencia.

No dispararon más de quince disparos en total. Su preparación les hacía ser muy selectivos, tanto en el número como en la eficacia de los disparos, abatiendo a once hombres en total, e inutilizando la radio de forma definitiva.

Una vez culminada con éxito esta segunda fase del plan, se parapetaron todos dentro de los dormitorios mientras Loco, hablando muy bajo, rompía el silencio para comunicar con los otros dos grupos.

- Grupo norte, situación...
- En posición y a la espera. Capacidad de entrada total.
- Grupo Sur...
- Imposible el acceso. En espera de instrucciones.
- Grupo norte, incursión a mi señal. Grupo sur, vuelvan a punto origen y cubran en posición de “franco” los accesos y nuestra retirada.
- Roger – respondieron al tiempo los distintos líderes de grupo, preparados para el asalto final.

Loco salió nuevamente al pasillo, en dirección a la zona de más luz, la cual procedía de la que parecía la estancia más grande, sin duda donde se ubicaban los aledaños de los cañones, estancia en donde además se escuchaban varias voces, todo ello seguido por sus hombres. De repente se paró en seco, frenando igualmente al resto. Una sombra se acercaba a la entrada del pasillo. A su señal, todo el mundo desapareció del pasillo volviendo sobre sus pasos con una celeridad pasmosa. La sombra se paró ante lo que parecía una voz más lejana, escuchándose como respondían a la misma muy, muy cerca de su posición. De nuevo la sombra se alejaba, momento que aprovechó Loco para echar un vistazo a la estancia contigua. En efecto, era grande, y desde allí, podía ver los cañones al fondo. Desde su posición pudo ver a tres hombres e intuir la presencia de al menos dos más por las voces, pero ignoraba si habrían más efectivos. Nuevamente la señal necesaria para que el resto del grupo se acercara.

- ¡Ahora! – exclamó, llevándose la mano al cuello, escuchando casi de inmediato pequeñísimas detonaciones al lado opuesto de su posición.
- Lanzando granada aturdidora...
- Tango abatido...

Entraron como un torbellino, eliminando rápidamente a los tres hombres que eran claramente visibles. La presencia de otros más, Loco calculó dos, fuera de su campo de visión inicial, podía ser un problema. Sin embargo, alertado de su presencia como estaba, y en espera de un posible contraataque, Loco se lanzó hacia delante rodando con una voltereta, y cuando estos dos soldados intentaron repeler el ataque en dirección a la entrada del pasillo, Loco ya estaba a su derecha, de manera que pudo terminar con la amenaza que podían suponer, sin apenas dejarles reaccionar. De inmediato, el silencio se volvió a romper.

- Zona asegurada, señor – fue el escueto mensaje de Sound a su espalda.
- Roger. Posición tomada.

Ya sólo quedaba inutilizar los cañones para su uso. Y lo prepararon de dos maneras. La más recurrente era por medio de explosivos, y efectivamente, colocaron sendas cargas de C4 a cada cañón, pero con un temporizador, marcado a las cinco en punto, convenientemente escondidos. Los paracaidistas no llegarían hasta las cuatro de la mañana, aproximadamente, y los de las playas lo harían pasadas las seis. Una detonación tan importante como la que se produciría, sin duda alertaría a todo el mundo y de momento, como es lógico, no era necesario levantar sospechas sobre su presencia. En estos momentos, pasar inadvertido, era seguramente su mejor baza. A las cinco ya daría igual. Las hostilidades estarían generalizadas. Pero para asegurarse que no podrían ser utilizados, caso que el enemigo recuperara la posición y descubriera las cargas y las desactivara, metieron en los tubos de los cañones “trinotriceclina”, un material evolucionado desde el hidrógeno líquido, que provocaba la rotura del cañón al intentar ser disparado.

Cuando salieron de la edificación, con las debidas precauciones, vieron al pelotón mandado por Shadow, custodiando la entrada y los caminos adyacentes, para evitar sorpresas indeseables.

Una vez más los LSN habían cumplido su misión, peor la guerra seguía, la batalla aun no había empezado a dar sus letales latigazos y su agenda de misiones previas al desembarco aun era apretada.

No había descanso, no había aliento, y la muerte podía acechar en cualquier parte. Pero todo eso, para los LSN era su vida, era su hogar, era su día a día.

Aquello era el comienzo de su DIA D...

Continuará,